A la inflamación del iris y el cuerpo ciliar se le denomina uveítis anterior o iridociclitis, mientras que la inflamación de la coroides se le conoce como coroiditis o uveítis posterior. La inflamación del tracto uveal en su totalidad ocurre frecuentemente y se habla entonces de panuveitis.

Consideraciones generales sobre el tracto uveal.

-Presencia de enrojecimiento ocular.
-Pupila PEQUEÑA.
-Hipotensión ocular.
-Opacidad y edema de la córnea.
-Presencia de precipitados proteicos y/o sangre en la cámara anterior.
-Engrosamiento del iris.

El tracto uveal es la túnica vascular intraocular altamente pigmentada que comprende a la úvea anterior, formada por el iris, el cuerpo y los procesos ciliares, y la úvea posterior formada por la coroides.

A la inflamación del iris y el cuerpo ciliar se le denomina uveítis anterior o iridociclitis, mientras que la inflamación de la coroides se le conoce como coroiditis o uveítis posterior. La inflamación del tracto uveal en su totalidad ocurre frecuentemente y se habla entonces de panuveitis.

¿Cómo reconocer clínicamente la presencia de uveítis?

El común denominador de los diferentes tipos de uveítis es la presencia de un daño en los tejidos, ya sea causado por agentes infecciosos o inmunomediados, que se acompaña de la disyunción de la barrera sangre-humor acuoso y una liberación de prostaglandinas que produce vasodilatación y escape de líquidos, proteínas plasmáticas y células sanguíneas hacia el humor acuoso (cámara anterior).

Al iniciar el proceso, los efectos oculares patológicos más notables inducidos por las prostaglandinas liberadas por el iris son: miosis (pupila pequeña), hiperemia o enrojecimiento conjuntival, edema del iris, cambios en la permeabilidad vascular con la salida de proteínas sanguíneas hacia la cámara anterior (flama acuosa) y disminución de la presión intraocular.

Las proteínas y células inflamatorias que penetran a la cámara anterior se pueden precipitar en la cara interna de la córnea (precipitados queráticos) causando inflamación y edema corneal, o bien acumularse en la porción ventral de la cámara en forma de hipopión (coágulo de exudado aséptico intraocular blanquecino). En la periferia de la córnea se puede evidenciar la presencia de vasos sanguíneos cortos en forma de cepillo, procedentes del tracto uveal conocidos como “inyección ciliar”.

Causas de Uveítis Anterior Canina.

Para un manejo adecuado de las queratitis ulcerativas simples se debe de seguir los siguientes principios terapéuticos:

1.- Inmunomediada/idiopática: hasta el 58% de los casos de las uveítis clínicas se asocian a la presencia de complejos inmunes sistémicos o localizados en la úvea. Algunos de estos complejos se pueden dirigir contra los tejidos oculares (melanina, antígenos retinianos, proteínas del cristalino), agentes infecciosos, o materiales extraños en los ojos.

2.- Desórdenes infecciosos sistémicos: se considera que un 17.6% de los casos de uveítis en perros se vinculan con agentes infecciosos entre los que destacan por su incidencia: leptospirosis, brucellosis, erlichiosis , septicemias bacterianas, toxoplasmosis, leishmaniasis y micosis sistémicas. Algunos agentes infecciosos causan reacciones inmunomediadas.

3.- Neoplasias primarias, multicéntricas y metastásicas: hasta un 24.5% de los casos. El tumor ocular secundario más común en todas las especies es el linfosarcoma. Se observa frecuentemente en Rottweiler y Golden Retriever.

4.- Secundaria a ulceración o inflamación corneal: las toxinas bacterianas y los mediadores inflamatorios en la córnea difunden a través de la membrana de Descemet estimulando la inflamación de la úvea anterior.

Objetivos de la terapia para controlar la inflamación intraocular (uveítis).

1.- Establecer un tratamiento específico dirigido al agente causal si se determina la etiología.

2.- Prevenir la formación de sinequias (adherencias), aliviar el dolor, restablecer la cámara anterior y estabilizar la barrera sangre-acuoso mediante el uso de agentes midriáticos cicloplégicos.

3.- Prevenir las secuelas (debastantes) de la inflamación intraocular administrando una terapia antinflamatoria tópica que combina antinflamatorios no esteroidales y esteroidales.

En todo momento vigile la presión intraocular.
Factores a considerar cuando se va a tratar un paciente con uveítis.

1.- Evaluar la integridad de la córnea (prueba de fluoresceína), recuerde que preferentemente va a utilizar antinflamatorios esteroidales.

2.- Evaluar el tamaño pupilar, la profundidad de la cámara anterior y la presión intraocular. En casos agudos generalmente se observan ojos hipotensos (6-7 mmHg) con pupilas pequeñas y cámaras anteriores presentes pero disminuidas. Los ojos con inflamación crónica generalmente se presentan con presiones variadas (6-18 mmHg), con pupilas irregulares por la formación de sinequias pupilares (adherencias del iris y el cristalino), iris engrosados y pigmentados, cámaras planas asociadas a iris abombados y sinequias periféricas que reducen la eliminación de humor acuoso elevando la presión intraocular.

3.- Los ojos de los caninos generalmente manifiestan proceso inflamatorios 10-15 veces más severas que los ojos humanos por lo que el tratamiento de la uveítis canina debe de ser intensivo. Recuerde que la presencia de uveítis recurrente (ataques repetidos de inflamación intraocular) es frecuente en los perros por lo que se debe de vigilar la reaparición de signos clínicos aunque el agente causal se haya eliminado.

Tratamiento para “Inflamación intraocular”

BENEFICIOS DEL TRATAMIENTO:

– Alivia el dolor.
– Dilata gentilmente la pupila, previniendo adherencias y glaucoma secundario.
– Descongestiona las estructuras oculares.
– Disminuye la exudación inflamatoria.

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