Aunque parezca contradictorio, existen situaciones en las que es necesario deshidratar a la córnea.
Un ejemplo es el edema corneal, en el que por diferentes causas, la córnea puede acumular líquido entre sus fibras de colágeno y con ello opacarse y puede presentar coloración blanca/azulosa.
Conoce en que situaciones se presenta el edema corneal así como la frecuencia de aplicación del tratamiento.